Dardos.
Seis y cuarto de la tarde. Calor. Separados por una mesa, en la terraza de una cafetería, se miran el uno al otro a los ojos. Llevan varios minutos callados. Ella fue la última en hablar. Ahora es el turno de él.
- Te lo has tirado?
- Sois todos iguales, sólo os importa eso.
Él sonríe.
- Imagino que reaccionas así porque él te habrá preguntado lo mismo.
- Pues sí, parece que sólo os importe si me he follado al otro. Quieres saber la verdad?
- Sí, pero luego, creo que antes me toca explicarme, por mi, por él, por todos lo que vengan después. Desde el punto de vista evolutivo, nuestro fin último es la reproducción. Es simple. Estamos programados para traer vida al mundo. No sólo eso, también estamos programados por competir por traer esa vida. Realmente es a causa de eso por lo que existen los gimnasios, la gomina y la Viagra. Es por eso por lo que a uno se le pone cara de estreñido cuando te cruzas con cualquiera de tus exnovios. Pero bueno, mientras sea con un exnovio, pues lo asumes y tiras para adelante. Piensas algo como “ahora me quiere a mí”, y a vivir, que son dos días. En realidad, eso no es más que un par de neuronas luchando contra algún gen. La pregunta de “Te lo has tirado?” que te acabo de hacer, y que antes te hizo el Don Juan, no es una pregunta pensada. Es una pregunta que sale del estómago, visceral, son siglos de evolución hablando, reminiscencias del primate que llevamos dentro. Luego, cuando la calibras, cuando la sometes al embudo de la inteligencia le das otros matices: confianza, fidelidad, amor, consecuencia… Decía Sabina al público argentino que el amor es un invento de los catalanes para no pagar por coger. Igual llevaba razón. Que te lo hayas, o no, follado ya no tiene nada que ver con la relación que tú y yo tengamos. De hecho, podrías habértelo calzado, no haber dicho nada y aquí paz y después gloria, los sábados al cine y los domingos paella con tu madre. El mundo está lleno de gente así. Desvirtúa el ideal romántico de las relaciones, o lo eleva a otro estadio. La gente se adapta a todo, ese es su problema. Yo, por mi parte, y contestando a esa estupidez de que somos todos iguales, y que sólo nos importa saber con quien follas, te diré que no es una cuestión de pétalos de rosa y pelo revuelto. Es pragmatismo evolutivo, ahora te veo vieja y usada. El mono que llevo dentro quiere ir a olisquear otro culo. Ahí te quedas. Tú invitas al café.
Se levantó, se dio la vuelta y se fue.
Al tercer paso la oyó gritarle:
- Hey, sí que me lo he follado, Darwin de los cojones!
Y aún con toda la teoría aprendida, clavó sus uñas en el puño cerrado, procurando no tambalearse cuando aquella frase le perforó el alma.
De todas formas, pido calma y resignación, porque yo no decido cuándo escribir, funciono por impulsos... es una pena, pero es lo que hay.
Las musas son las culpables.
Infinitas gracias por pasarte por aquí.
me ha encantado, se que en parte es por mi situacion actual, pero no por ello voy a kitarle merito al escritor
y poer cierto, te entiendo perfectamente cuando dices que funcionas a impulsos, a mi me pasa lo mismo. putada y a la vez don