Trazos.
Coge un lápiz y dibuja una línea en un folio. Entiéndela como una sucesión infinita de puntos. De este modo puedes hacer un “zoom” mental, de tal forma que veas cada punto como una unidad independiente, y a su vez eslabón de otros puntos. Extrapola el ejemplo tanto como desees.
Ahora puedes jugar a que esa línea es tu vida, o tu relación de pareja, o tu carrera, o las letras de un coche, da igual.
Céntrate en uno de esos puntos del ejemplo que desees, un día, un beso, un examen o un cheque.
Visualiza el instante.
Si lo has hecho descubrirás dos cosas. Por un lado, ese “punto” se explica al contextualizarlo, tiene un antes y un después, unas circunstancias precisas que si tratas de analizar de forma aislada parecen absurdas, pero al darles un contexto todo el engranaje gira, explicando por sí mismo el “punto” en el que te centraste. Por otro lado, el punto en el que te has centrado pertenece al pasado.
Puede ocurrir que decidieras dibujar la línea curva, incluso tal vez hiciste un looping al dibujarla y tu línea se cruza consigo misma. Todo vale, ya lo verás.
Es un ejercicio muy simple, pero lo puedes complicar tanto como desees, haciendo los puntos más y más pequeños, volviéndote loco en los detalles, desquiciándote con cada palabra dicha, cada sentimiento y cada gesto. Entonces es cuando lo de pintar líneas deja de tener gracia. La parálisis por el análisis. No caigas en eso. Recuerda el viejo consejo “Quien con monstruos lucha, cuide de no convertirse a su vez en un monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”.
Entiende que el final de la recta, es el final de la historia, pero que tú controlas como de larga hacerla. Siempre será decisión tuya dedicarle más tiempo a las cosas. También será decisión tuya acabar con algo para siempre. Hay quien ha intentado volver a añadir puntos a una línea acabada. Puede que alejándote lo suficiente parezca un empalme perfecto, pero tú, hábil dibujante de tus líneas, sabrás que es una ficción, una ilusión, una farsa.
Verás que no hay dos líneas iguales. Asúmelo. No intentes calcar líneas de otros. Es tan absurdo como suena. No dejes que nadie te agarre de la mano para dibujar una línea por ti. Crea tus líneas, no tengas miedo, que no te tiemble el pulso. Inventa.
Se caprichoso con las formas, o duro y recto, descubrirás que da igual porque cada línea consta de infinitos puntos. Casi todas las líneas pueden dibujarse de mil modos distintos. Pruébalo.
Sólo podrás ver la línea una vez esté dibujada. Es importante que pienses en esto. Las líneas que no estén acabadas no las dibujes, porque no podrás tomar distancia para verlas.
Coge un lápiz y dibuja una línea en un folio. Disfruta.
Dicen que cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti, ¿no? Pues de eso tengo ganas. De quedarme un par de horas, o días, o semanas, mirando un puto abismo a ver si él, tan grande y acojonante, es capaz de decirme qué coño hay dentro de mí.
Sobre lo otro, el problema es que aún sabiendo que es una línea, y que tiene infinitos puntos, y que siempre será una línea única y perfecta... no podemos verla mientras la dibujamos. Así que te olvidas de la línea y de los puntos y de todo lo demás, y lo único que piensas es, como mucho, que te estás torciendo.
Por cierto, hoy ha muerto el quizá más grande, Pau. Qué pena, cómo me sobrecoge. En fin.
Te echo de menos, ¿se nota? Espero que sí. Un abrazo fortísimo, amigo.
No suelo pasar por aquí ultimamente, la culpa es de Isa.
Una vez, hace ya tiempo alguien me dijo algo así como que no hay dos lados, que estabamos los dos en el mismo lado, lo quisiera ver yo, o no. No era así del todo, pero lo dijo con buena intención, eso debería contar algo, supongo.
Isa, lo de los consejos hay que llevarlo con cuidado, pero si me lo permites, te diré que yo de tí, usaría un espejo y no un abismo.
Pensé en añadir una línea al texto, la penúltima.
Las líneas sirven para leer una historia, no para buscar una salida.
Cuídate.
Después de tantos años sigo leyéndote.
Ahora que estamos de parón y estoy en oficina intento entretenerme y siempre encuentro cobijo a mi aburrimiento en tus palabras.
QUé haces ahora? Dónde paras?
K-19
Un placer verte por l aúltima fila, en serio...
La verdad es que no lo llevo mal, etsoy acabando un master, un MBA, y al mismo ritmo preparando la última asignatura que me queda de Eco (sí, es triste)... por lo demás, en 20 días empiezo a buscar algo que hacer con mi vida, aún no se ni dónde, ni cómo, ni nada de nada, pero vamos, tampoco me preocupa demasiado...
Un beso, cuidate.
OJO con el abismo ;)