La Última Fila
FORO! Las notitas de clase
13 diciembre 2008
Noches.
Vuelvo a casa y en la televisión hay rubias, con tetas gordas, diciéndome que llame al nueve cero seis de turno. Las piernas me flaquean y mi aliento serviría para encender un cigarrillo.
La noche, cansada, da pie al día, y el Sol, huraño, promete horas de falsa alegría. En sus casas los despertadores atronan, y ellos, nosotros, saltamos de la cama al toque de la atención corporativa. Veinte minutos después, con la primera paja, en la ducha, y la camisa lanzada de cualquier modo sobre la cama, nos planteamos si bajar en ascensor o por escalera, por ver si podemos ahorrarnos el gimnasio de hoy.
Dejando la ropa entre el recibidor, el pasillo, el baño, y los pies de la cama, me deslizo sin alma, ni ganas, ni fuerzas, dentro de la cama, con ganas de cerrar los ojos, soñar, y creer en otras vidas, vidas tranquilas, placenteras, gráciles...
Se oye, desde la falsa calidad que brinda un almohadón, un maullido del primer autobús, y se camufla con el leve recuerdo de una morena de barra.
El mismo autobús, de treinta y cuatro plazas, lleva a tantos otros con legañas, sudor, piojos y joyas Breil, a sus recintos productivos, bares de copas o casas de putas, que, placidamente, llevan horarios modestos, como las beatas, los lobos disfrazados de corderos, o las rubias oxigenadas.
Las paredes oscilan, el edredón pesa, los calzoncillos queman, y hay un dragón, dibujado en mis párpados, cada vez que cierro los ojos. En cambio, si los tengo abiertos, veo como las sombras de las esquinas conspiran contra mi, infectadas de la envidia que proporciona la sustancialidad de la carne presente.
Duermo.
Sueño.
Veo caminos por abrir, como si de una aventura gráfica se tratara, y yo, dándole frenéticamente a la equis, descubro tesoros, maravillas vetadas a los ojos de aquellos que están sirviéndose un café, largo, sin azúcar, y tocado de Terry.
La verdadera frustración de los sueños no es más que toda la literatura que los rodea.
Si trabajas, realizarás tus sueños.
Si te esfuerzas, triunfarás en la vida.
S tei trenzas el pelo, un joven príncipe te rescatará del tedio asesino que te rodea.
El despertador rompe la bonita escena en la que me tiro a la morena, y la noche me vuelve a dar la bienvenida. Yo, trempado, sonrío, porque se que dentro de veinte minutos, en la ducha, me plantearé si subir al cielo en ascensor, o bajar al infierno por la escalera.
Comments:
Uno de tus mejores textos, Pablo, gracias.
Me hice las mismas preguntas, he perdido la cuenta de las pajas mentales aunque de fondo es la misma mierda, las otras pajas ayudan si la visualización tiene su oportunidad de redención, pero la realidad escuece mucho en esos pelos con forma de acordeón
La rutina hiere, las sábanas son morfina, los autobuses indigestan, las duchas congelan la pasión...
ni trabajo, ni esfuerzo, ni rutina... sólo jodido azar que pulula con la misma indiferencia por flexos agonizantes, que por soñadores saltarines, cristales en el pecho, o zancadillas en una escalera sin salida de emergencia
tómalo o déjalo
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Me hice las mismas preguntas, he perdido la cuenta de las pajas mentales aunque de fondo es la misma mierda, las otras pajas ayudan si la visualización tiene su oportunidad de redención, pero la realidad escuece mucho en esos pelos con forma de acordeón
La rutina hiere, las sábanas son morfina, los autobuses indigestan, las duchas congelan la pasión...
ni trabajo, ni esfuerzo, ni rutina... sólo jodido azar que pulula con la misma indiferencia por flexos agonizantes, que por soñadores saltarines, cristales en el pecho, o zancadillas en una escalera sin salida de emergencia
tómalo o déjalo