Promesas.
Setenta y tres botellas. Setenta y tres botellas, separadas tres centímetros una de otra, forman un círculo. He tardado cuarenta y cinco minutos en hacer que el círculo sea círculo y los tres centímetros sean tres centímetros, lo he logrado. Estoy contento.
Me tumbo dentro de él. Setenta y tres botellas resultan pocas, o tal vez sean pocos tres centímetros, pero el caso es que mi pie derecho ha golpeado una botella. La botella se ha balanceado sobre su propio culo un par de veces, al final ha cedido, ha caído y se ha roto, estallando con ella mis esperanzas, ilusiones y fantasías. Ahora hay setenta y dos botellas, 5 trozos grandes de vidrio y decenas de minúsculos cristales que, como alfileres, se me clavan, recordándome que aun puedo sangrar.
Los fantasmas del siglo veinte son en dos dimensiones y suelen estar enmarcados. Desde sus celdas de metacrilato me observan con curiosidad, sorpresa, fascinación, miedo, alegría... sensaciones, sentimientos... sentimientos que todos podemos exteriorizar... todos? Si? De veras?
En una esquina, oscura, cómo no, hay uno de esos fantasmas, un fantasma que fue fantasma antes de ser fotografía, y antes de ser fantasma fue príncipe, y antes de ser príncipe fue sueño, y antes... y antes...
Lo malo de ser princesa es que no siempre hay dragón, torre y cautiverio, hay veces que hay campo abierto y pese a todo nadie te rescata. Mierda de juglares, ahí ardan en el infierno.
Yo descubrí, tres minutos antes que el, que Romeo era gilipollas y Julieta una ingenua, a mi lado, al otro lado de las setenta y tres, perdón, setenta y dos botellas, yace su cuerpo, en su mano un revolver aún humea, ahora es mi turno...
mha encantat. madia
Madia: Tia, cada vegada que posses coment m´alegres el día. Cuidat molt molt molt. Petoncitooss!!
Recorro la habitación solo con la vista. En las paredes decenas de pares de ojos me observan fijamente, esperando eternamente algo que no logro a concebir. Algunos me sonríen, esos me caen bien. Pero hay una mirada que me perturba. Su mirada. Hubo un tiempo en que me sentía protegida con solo posar mis ojos en aquellos dos pozos negros. Y sin embargo, ahora tengo la sensación de que me guardan rencor. Tal vez por ese adiós con la mano tendida que yo rechace.
Llore, patalee, mentí, arañe, mordí, engañe, coaccione. Quise que se quedara solo como sola me dejo a mí. Quise vengarme por su mirada complaciente mientras sus labios saboreaban el momento de la despedida. Se que quería irse, se que nunca me llego a amar. Se que jamás fue mío y aun así le susurraba al oído un te quiero antes de cerrar los ojos cada noche.
Ahora yace inerte a mi lado, fuera de mi círculo o lo que parece ser uno. Creo que quiero cogerle la mano. Si, se la voy a coger. No quiso seguir conmigo en este mundo, pero no se ira sin mi al otro."
Me costo encontrarlo pero tenia razon cuando te dije que no se parecian en nada. Es mas, ni me reconozco en el, bueno un poco, hay cosas que nunca cambian.