La Última Fila
FORO! Las notitas de clase
25 octubre 2007
 
Lecciones.

Al año y dos meses, más o menos, aprendí a frenar antes de comerme las paredes de mi casa al correr. Cuenta una anécdota familiar que casi hize un Backflip con el taca-taca y que por aquella época tenía tantos chichones en la cabeza que aquello parecía un campo de calabazas.

Al los tres aprendí que el café caliente quema la piel. Estaba en la cocina, mis padres no paraban de preguntarse cuándo estaría el café listo, imagino que tendrían invitados, no suelen tomar el café en casa si están solos. Sentí curiosidad, fui a la cafetera y se me derramó por encima. Mi muñeca izquierda da fe de ello. Las prisas también queman.

A los cinco años aprendí a mover los ojos. Es decir, ya sabía mover los ojos, pero no era consciente de ello, y cuando veía a niños moviendo sus ojos intentaba imitarles. Al final me di cuenta de que el truco consistía en mirar para otro lado.

A los siete me picó una avispa en la mano, me duele sólo el recordarlo, pero lo que aprendí fue a no fiarme de esos bichos. Antes de picarme se mantuvo tres o cuatro segundos posada sobre mi piel. Yo no le había hecho nada, pero ella me picó.

A los nueve me fui a una carrera de minibikes, aceleré en una curva, perdí el control del trasto y volé por encima de tres ruedas puestas a modo de barrera. Hay un video sobre ello en el que se oye la risa de mi padre. Me di cuenta de que era un necio, la lección del año y dos meses no la había aprendido bien. Me propuse saber frenar a tiempo desde entonces.

A los trece aprendí que el mejor invento de la historia era una paja. Me bastaba solito para descubrir el mundo. Por esta epoca las lecciones que he ido aprendiendo se van distanciando de las anécdotas familiares. Eso es una suerte, el día que mi madre pueda contar una anécdota sobre mis pajas sabré que he tocado fondo.

A los quince aprendí que hay combinaciones mortales, esta lección vino en dos tiempos. Por un lado, la niña cuyo nombre empapaba mis sábanas, la primera niña con la que soñé, y a la espiaba por el rabillo del ojo en clase, me vió entrar un día con una camiseta azul marino y unos pantalones negros. Me dijo que aquella combinación era mortal, que nunca debía llevarse dos cosas de esos colores a la vez. Aprendí que hay niñas que empaparían mis sábanas, niñas con las que soñaría, y a las que espiaría por el rabillo del ojo, que serían gilipollas. También aprendí que mezclar dos cosas que te gustan, no crea algo que te gusta mucho. Los profesores fueron un porro y una lata de cerveza.

A los diecisiete descubrí que me había equivocado a los trece. Una paja no era comparable a un polvo. Un povo era el
mejor invento de la historia. Ya no me bastaba solito para descubrir el mundo, ahora necesitaba que fuésemos dos. Dos personas son muchas más personas que una persona. Aquel año también aprendí a querer.

A los diecinueve aprendí que, aunque quieras, hay veces que te toca descubir el mundo solito, que la gente se va y no vuelve. Aprendí lo que era la frustración, lo que era llorar a lágrima viva por una falda. Era una lección conjunta, porque al tiempo aprendí a olvidar y a recordar a mi antojo, aprendí que el tópico de que el tiempo es el mejor médico del mundo es cierto. Me jodió mucho darme cuenta de que un tópico tan sobado y repetido era cierto. Me desencanté de quien fuera yo a los diecisiete. Aquello todavía me jodió más.

A los veintiuno había aprendido, sin darme cuenta, que podía ser un cabrón redomado. La perspectiva era aterradora. No quría convertirme en un hijo de puta. Supongo que la verdadera lección ahí fue que hay lecciones que no llegas a aprender nunca.

Casi tres años después llevo aprendidas muchas más cosas, y yo, que me considero más tonto que listo, me asusto al pensar que hay lecciones que olvidaré y otras que nadie me enseñará. Me planteo, desde mi ignorancia, si la gente que me rodea sabe lo mismo que yo, o sabe más. También me pregunto si alguien sabe menos que yo, pero la verdadera duda es otra. Acaba todo el mundo sabiendo, a la larga lo mismo?.

Mantengo que,
cambiando un par de nombres, ciudades y marca de condones, todas las historias son la misma. Eso me hace pensar que todo el mundo llega a saber lo mismo a lo largo del tiempo, lo que de verdad varía es el momento del aprendizaje. Algunos llegan a los treinta creyendo que el mejor invento del mundo es una paja...

Hay gente que a los nueve aprendió que los padres se mueren. Otros aprendieron que, llorando, les daban dinero, con el tiempo sustituyeron el llorar por el follar y se solucionaron la vida. Una vez conocí a un tipo que rondaba los cinquenta y no había aprendido que la gente traiciona, lo aprendió a los cinquenta y uno; se ve que su mujer aprendió a los quince que si pones los cuernos con cuidado no se entera nadie... hasta que a los cuarenta y cinco aprendió que las mentiras siempre salen a la luz, su marido no le ha vuelto a mirar a la cara. Hay gente que a los siete aprende inglés y alemán en un colegio privado, para aprender a los veinte que prefiería ser un indio a un importante abogado.

Hay gente necia que olvida lo aprendido. Los hay que no se preocupan por aprender y los hay que creen que saben más que nadie, esos son los peores.

Un día llegaré a aprender que nunca se acaba de aprender del todo, y eso me entristece. La vida es un juego del que nunca llegamos a saber todas las reglas. No podemos sacar nunca un diez en un examen porque siempre hay materia que no hemos leido aún. Es jodido de asumir, pero tiene un toque morboso que me la pone dura, y es que, si sabemos que no sabemos, sabremos que estamos haciendo lo posible por aprender, y eso legitima todos nuestros actos. Equivocarme es lo mejor que me ha pasado en la vida.

Comments:
Y por qué te entristece saber que un día llegarás a aprender que nunca se acaba de aprender del todo? No será mucho mejor así? Qué harías si supieras qué lección va a ser tu última? No sería triste eso? Digo, conocer el día exacto de tu vida en el que vas a dejar de aprender. Bue... no sé por qué tanta pregunta, será que son casi las 2 de la mañana de un viernes y estoy acá, leyéndote. Leerte siempre me generó preguntas, y eso me gusta.

Besos, Pau... te sigo de cerca ;)
 
Por cierto, esta líneas me pegaron una cachetada:

"A los cinco años aprendí a mover los ojos. Es decir, ya sabía mover los ojos, pero no era consciente de ello, y cuando veía a niños moviendo sus ojos intentaba imitarles. Al final me di cuenta de que el truco consistía en mirar para otro lado."


No sé por qué.... o sí. En fin... a la cama, que a esta altura ya ni yo quiero estar en mi cabeza.
 
Debería descansar más, Pipi...


jajajajjaja



Bué... como siempre... un gusto pasarse por éste espacio, tan tuyo, tan mío, tan nuestro...
 
" la niña cuyo nombre empapaba mis sábanas, la primera niña con la que soñé, y a la espiaba por el rabillo del ojo en clase, me vió entrar un día con una camiseta azul marino y unos pantalones negros. Me dijo que aquella combinación era mortal, que nunca debía llevarse dos cosas de esos colores a la vez. Aprendí que hay niñas que empaparían mis sábanas, niñas con las que soñaría, y a las que espiaría por el rabillo del ojo, que serían gilipollas"

Con todos mis repetos: jijijiijijjiji...es que eso de que esos dos colores no combinan solo lo puede decir una persona que yo conozco (de hecho es que creoq ue viví ese moemento)...¡ay mare! yo no sabía que ella hacía que empaparas tu sábanas.

PD: me ha gustado mucho muchisimo este texto. Yo una vez llegué a la conclusión que hay gente que ha aprendido mucho pero que no sabe nada.
 
Amores, un placer descubirte por aquí... siento la cachetada, pero a mi me jodió más en su día, te lo garantizo... de todos modos, que se jodan. Ellos se lo perdieron...

Respecto a lo otro, ya lo dije "equivocarme es lo mejor que me ha pasado en la vida..."

Sonny, no te rias de tu amiga, joder! haced las paces.... va... un par de besitos... o tres... y los grabas en video... ejem... cuela?

Kris!! Jajajaja me ahs dejado blanco! qué tía! lo dicho... yo creo que fue que no, pero bien pudo haber sido que sí.
 
amen
 
Nada, que ya te veo venir, luego nos querrás cambiar los besitos por un polvo, y yo a Sonny la quiero, pero todo tiene un límite!! Jajajajaja
 
Va Amores!! los límites son cosa del pasado, actualemnte hay que ser mas libertino... preguntale a Sonny a ver que dice...
 
Que si cuela, que si no, que si tal, que si cuál! Joé!



Preguntale a Sonny... preguntale! es que ya sabés mi respuesta, no? por eso la mandás a Sole, jodío!



Si nos tendríamos cerca lo más probable es que llegaríamos a entendernos desde el más absoluto desentendimiento ;) Ala!
 
Dos no pueden si uno no quiere, no?


Pos eso... que yo límites tengo pocos, pero vamos, que gustos son gustos, y a mí dejame con los hombres!!! Siempre y cuando no sean amigos que sólo quieren llevarte a cenar y a ver el mar, y bla bla bla.


Besos, canalla.
 
Una amiga de Kike dice que: "Para gustos, perversiones sexuales".

Además, lo mio es puro morbo de mirón...
 
Es jodido; yo a los siete años descubrí que cuando canturreaba con la boca cerrada la gente me escuchaba, y esas canciones eran sólo para mí.
 
lo q está claro es q se aprende a ostias, cari...
y a veces necesitamos muxas y + fuertes

discrepo en q cambiando nombres y marcas, sean todas las historias =es, me niego a pensar eso (llámame gilipoyas si opinas q soy una ilusa, xo déjame creer q fue especial)

muas!
te llamo y nos tomamos la birra pendiente

pd: me ha encantado tu brindis...
y cierto, gilipoyas quien sonria al leer eso
pd2: quien me replicó 1día escribir nazi con c ahora pone una q en cincuenta ;)
 
Miguelito, llevas razón, y es que la gente tiene la odiosa costumbre de meterse en nuestras cabezas, algunas personas hasta se quedan después de haberse ido. Cabronas.

Irene, gilipollas.
Perdona, no he podido resistirme, y de todos modos, intenta repetírmelo dentro de un tiempo...
Birra aceptada en cuanto llames. Beso.
PD: Cinquenta está escrito en portugués.
 
Pau eres un crack, te quiero ad infinitum

La cantidad de veces que escribes mis pensamientos es para hacerlo mirar parapsicologicamente. Aunque yo llevo con las mismas faldas desde los 17, cruzo dedos para que siga así
 
Txolo! Cómo va la vida por los madriles? Espero que todo gire hacia donde deseas.

Supongo que no te hará falta cruzar los dedos, y no sabes cuánto me alegro de eso. Dale recuerdos de mi parte a "tu falda", espero veros pronto.
 
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