Islas.
Audrey no se cansaba de mirarles. Bueno, tampoco tenía más opciones, es lo malo de ser un póster. Llevaban en la cama todo el día, las últimas doce horas las habían pasado viendo películas y fumando porros, risas, polvos, enfados, un todo absoluto que hacía que aquella habitación, hecha una auténtica pocilga, fuera todo su universo...
Ella estaba en la cocina, había dicho que la cena corría de su cuenta, y en el momento de largarse se había arrepentido de la promesa, estaba demasiado fumada y perezosa como para moverse a cocinar… pero una promesa es una promesa, los dos lo sabían, por eso todo funcionaba.
Gilipollas. Gilipollas fue lo último que Él oyó antes de ver cómo se iba a hacer la cena, sonrió. Su genio, eso era lo que le volvía loco de Ella. Capaz de poner cara de tonta quinceañera y capaz de intimidar a Ben, en malo malísimo de Lost, si se lo propusiera.
Doce horas son muchísimas horas. Habían pasado en la cama doce horas, hablando. Bueno, doce horas menos el rato que Él se fue a por la comida, pero volvió con doce rosas amarillas. Volvió con rosas amarillas por ver la sonrisa en la cara de Ella, la verdad es que valía la pena. Doce horas habían pasado en la cama hablando, doce rosas amarillas habían sido testigo.
Desde siempre les sorprendió el poder aguantarse. No se aburrían el uno del otro. Hoy habían recordado su historia. Es una historia de esas de película francesa con banda sonora de pianitos. Pese a todo, y como todo, esta historia es resumible. Complicidad. Todo se basaba en eso, eran cómplices. Cómplices en todo. Como cómplices que eran podían ser sinceros. Y como sinceros que eran podían ser felices.
Mientras Ella hacía la cena, Él miraba una pantalla y escribía estas líneas. Por una puta vez en mi vida estoy completamente seguro de algo. La felicidad existe. Es tangible y visible. Es real… y no necesita ayuda en la cocina.
Te he intentado llamar varias veces útimamente, pero siempre me dice que el teléfono está fuera de cobertura. Ya no trabajo. La vida sonríe, y a veces me pasan tonterías que me apetece contarte.
Cuídateme.
A ver si te conectas mas de vez en cuando, al menos para compartir ess fuente de azucar que emanas ahora mismo :P
Besote!!
un besazo!
Nicole, De Sam y Amores... sí, la vida es de color de sora y yo me estoy volviendo marica, veremos qué pasa...
Hur, "cal?", no ho entenc, espere que me ho expliques millor. He rebut un mail teu, i li he fet cas, molta sort. Un petó.
Sol, te avisaré antes, por si las moscas... estaré menos de diez días en Valencia, he de hacer exámenes y brindar porque mis viejos llevan 25 años aguantándose, así que no se cuánto tiempo tendremos, pero tranqui que no te voy a fallar.