República.
Hoy hace 76 años que al rojo de la bandera le pusieron trozos azules, trozos azules que la amorataron. Hoy hace 76 años que nació
Y yo me pregunto... dónde se fueron a meter esos trozos azules? En realidad lo se, aquellos trozos azules fueron a parar a los ojos de alguien. Hoy es su cumpleaños.
Te iban a llamar de otra forma. Un nombre exótico. La verdad es que no lo recuerdo. Damaris? Era así? El caso es que al final, alguien optó por un nombre más bíblico. Si alguien me preguntara alguna vez cómo te conocí, o cómo hablé contigo por primera vez, tendría una historia cojonuda que contarle, mezclando ascensores, furgonetas y algún examen poco claro. Si alguien me preguntara alguna vez cómo te perdí la pista, o cómo hablé contigo por última vez, tendría que decirle la verdad, fui un idiota.
Imagino que hoy te habrán hecho regalos, imagino que habrán sido regalos de la ostia, tal vez alguna pijada, puede que un libro, a lo mejor algo que se pueda usar en la nieve... Yo no puedo regalarte nada. En cambio tú una vez me regalaste una caja, una caja de galletas. Recuerdo lo que pensé cuando lo abrí, pero no lo voy a escribir aquí. Tal vez con un poco de tiempo hasta me habrías regalado un bañador (perdona por el chiste fácil, pero se que te pone de los nervios, por eso lo he usado).
Quiero creer que sigues siendo quien eras, la que igual preparaba carbonara para seis en medio de un campeonato de Play Station, que igual te pegaba una que ni llorabas, o imitaba geishas por la calle. De seguir siendo esa, y de tener oportunidad, tal vez te regalaría algo...
Puede que una flor. Se que es un tópico lo de regalar una flor por un cumpleaños, pero esta vez sería distinto. Sólo recuerdo haberte visto con dos flores. Una te duró un par de minutos, o eso me dijiste, estaba en el salpicadero de un coche nuevo, y era de plástico. La otra te durará toda la vida, la llevas en tinta. Por eso mi regalo sería una flor; la tercera flor, la que está en medio de las otras, la que está en medio de una muerte en minutos y una vida eterna. Sólo espero que si te regalase una flor la regaras.
Tenías ganas de vivir tu vida, solías sonreir entre porro y porro, llamabas “guapa” a cualquier chica que encontrabas, paseabas perros que no eran tuyos y te metías en movidas por el hecho de tener más cojones que la mayoría de tíos que conozco... también conducías a toda ostia oyendo a Marea y así acabaste, siniestrada contra un MG que alguien frenó en un semáforo, después del susto vinieron las risas y de Manzanita pasaste a un Escarabajo.
Recuerdo que me enseñaste lo que es un “trino” y que yo te enseñé a odiar la palabra “lícito”, recuerdo que no aguntabas que te ganaran al Pro y que te enfurruñabas hasta lograr una revancha, recuerdo historias de mejicanos en un pueblucho de Estados Unidos, recuerdo un Montgó nevado, recuerdo que una vez por semana necesitabas un McAuto y recuerdo que te reías con mis primeras “lligues”...
Lo recuerdo con cariño.
Sobre todo recuerdo con cariño los huevos que le echabas a las cosas hasta lograr alcanzar un poco de felicidad. Por ti, y por tus huevos, y por tu felicidad, brindo hoy. Sopla las velas con fuerza, quién sabe dónde te lleve el barco. Cuídate, y feliz cumpleaños.
que como una flor de plástico
que como una flor en tinta
o una que tras herirse en ella, sangrar y clavársela importa una puta mierda su bandera, sus cosas cotidianas, el aroma y dejarla abandonada en la esquina más sucia y mezquina del jodido pensamiento
que como una flor de plástico
que como una flor en tinta
o una que tras herirse en ella, sangrar y clavársela importa una puta mierda su bandera, sus cosas cotidianas, el aroma y dejarla abandonada en la esquina más sucia y mezquina del jodido pensamiento