La Última Fila
FORO! Las notitas de clase
28 diciembre 2006
 
Curvas.

Abrazados permanecian imperturbables a los bandazos del metro. Él había encontrado asidero en sus caderas. Ella en su cuello. Estaban fundiéndose en un abrazo, ajenos a los pasajeros que subian o bajaban, al final del vagón.

Si se les hubiese dado tiempo se habrían fundido, literalmente, en un solo cuerpo, tal era el calor que desprendian... un poco más tarde ese único cuerpo se habría fundido con el metal del vagón, con los railes del metro, en los túneles de aquella ciudad, edén temporal de aquellos Adán y Eva.

Nadie les concedió ese tiempo, ni comieron ninguna manzana. Cada parada de avanzaban era una parada más cerca de la despedida; cada metro más era un beso menos. Lo sabían, por eso abrazados permanecian imperturbables a los bandazos del metro.

Una voz metálica anunció el final de su trayecto. Sonrieron, sin mirarse, al unísono, ambos sonreian por lo mismo. Recordaban cada una de las veces que una voz, mecánica o no, les había anunciado el final del trayecto, y, pese a todas las malditas voces, mecánicas o no, del mundo, ahí estaban. Juntos.

Se abrazaron más fuerte y supieron lo que pensaba el otro. Se miraron sellando promesas no pronunciadas y las laclaron al verse reflejados en los ojos del otro.

Aquel metro les llevó a una estación, esa estación a dos trenes, y cada tren a un destino distinto. Pese a todo no hubo lágrimas, ni tristeza. Lo habían vuelto a hacer. Habían vuelto a ser los mejores. Eso les garantizaba dos cosas. Uno. Estaban vivos. Dos. En otra ciudad, con metro o sin él, volverian a abrazarse imperturbables a los bandazos de la vida.

Comments:
Abrazados, sabemos que da igual la distancia.

Merece la pena, lo sabes.

Besos y dulces sueños
 
Al final todo se reduce a un cuento de hadas. Solo que ahora ya no hay caballos alados, sino metros y vias.
 
"Y como no teníamos apellidos, ni hojas de parra, ni un tío concejal, ni más dios que Cupido no sirvió de nada protestar"

Qué bueno seguir vivos, qué bueno saberlo... feliz entrada en el nuevo año! Aunque a veces me pregunto si no será mejor empezarlo mal y esperar a que el resto de días te sorprendan... :)
 
Sol, lo sabía, pero se me había olvidado. Ahora vuelvo a saberlo, debe ser mi regalo de reyes... no deja de ser algo cínico, hasta para mí.

Niki, sabes de sobra que de la nada podemos crear cuentos de hadas, se necesitan cojones y una venda en los ojos, pero vale la pena.

Mónica, al menos esta Eva no hace nudismo en la ventana, y gracias a dios nos cagamos los dos en las arpias que llaman a la policía. ;)
 
Siempre tuve esa imagen, no sé por qué motivo ni de qué sueño la saqué: si los dos nos despedimos en el final de un viaje en tren, nos volveremos a encontrar, como si las vías nos acompañaran y fueran calculando el día, la hora, el lugar exacto en que volveremos a subir a un vagón con el alma en las manos para reconocernos.



Un beso, Pau.
 
Ojalá fuera posible fundirse, incluso a kilómetros de distancia.
 
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