La Última Fila
FORO! Las notitas de clase
08 octubre 2006
Meigas.
La cama medía uno veinte. Lo sabía porque la había recorrido cientos de veces con sus dedos y con sus esperanzas, haciendo un camino que nacía en una esquina y moría al otro lado, despeñándose entre pliegues informes. Pese a todo, en uno veinte cabían los dos, por raro que parezca a ojos inexpertos, pare mentira cómo pueden encoger los cuerpos si existe la suficiente presión.
Aún estaba despierta, el móvil le chivaba que faltaban siete minutos para las dos de la madrugada, y, como tantas noches, ahí estaban, pasos en la escalera... todas las noches entraba como un ladrón, como un fugitivo, prófugo de otras almohadas. Dos golpes en la puerta, un picaporte que gira, y una sonrisa desde el quicio, que es contestada con un guiño desde las sábanas. Lujuria.
Media hora después de todo esto empieza el aquello... aún no habían acabado las caricias, el cigarrillo se consumía de forma estúpida en la mesilla de noche, la ventana, abierta para que el olor del sexo escapara, dejaba hacerles partícipes de otra noche de ambulancias y gritos lejanos. Entonces él habló (dejaremos a un lado las barreras idiomáticas, todo el mundo sabe que hay veces que hasta las miradas son capaces de hablar en rumano): "Sabes, creo que te lo debo decir, llevamos así varias noches, y me siento mal... tengo novia."
Algo hizo crac, tal vez fuese un muelle del colchón, tal vez un vaso rompiéndose en el bar de abajo. Ella, con la mirada que usaba a los doce años, en las representaciones de teatro del colegio, y que tantas veces veía en el cine, en los últimos fotogramas de las películas en blanco y negro, fue capaz de contestarle. "Ese es tu problema, no el mío. Dame un beso, durmamos, ya es tarde."
Durmieron. Se despertó cinco horas después, es francamente jodido tratar de dormir más horas en un país en que ningún idiota conoce el significado de la palabra "persiana", estaba sola. Bueno, ni era la primera, ni será la última vez que ocurra eso. Formaba parte de la coreografía. Entraba y se iba de su habitación de puntillas y sin hacer ruido. Era un cabrón, pero un cabrón encantador.
El agua estaba más caliente que otras veces, pese a todo tenía frío. Se enjabonó con lentitud, intentando eliminar ese sudor pegajoso con el que te levantas después de tener pesadillas, o sexo desaforado, podía ser cualquiera de las dos cosas. Envuelta en una toalla verde se miraba en el espejo, estaba todo en su sitio, sus ojos, marrones, creo, le devolvían una mirada ausente, y entonces lo notó.
Tenía nauseas. Algo dolía. Se tanteó los brazos y las piernas, todo estaba en orden, no habían golpes, fisuras o roturas. Mierda. Manos y pies, nada, todo bien. Dedos, todos en su sitio, eso tampoco era. Joder. Algo dolía, qué coño era?. Más nauseas. Ahí estaba. Le dolía dentro. Vomitó. El corazón.
Vomitaba recostada sobre el inodoro. Había sido estúpida. Empezar a querer algo prohibido tenía estas consecuencias. Se planteó ponerle fin la próxima noche que el entrara como un ladrón, como un fugitivo, prófugo de otras almohadas, en su cuarto; pero se dio cuenta de que las cosas eran más graves de lo que pensaba, sólo deseaba que volviera a entrar en su cuarto. Sólo eso, sin reproches.
Comments:
me estoy yendo y no sé porque me detuve acá, en la última fila, no dan una de romanos, sin embargo la película que leo se parece tanto a la puta vida...
Vomitó el corazón, joder! con lo que eso duele, verdad? y aún así sólo deseó que volviera aquel ladrón de guantes blancos a robarle, insolentemente, el resto de los restos que en ella quedaba!
Mentira! los reproches tarde o temprano llegarán... siempre llegan... es un engaño creer que no vendrá el otoño a marchitar las flores cuando acabe el verano...
Lástima que no pueda detenerse el tiempo a la hora exacta cuando nada importa... ainsss
Vomitó el corazón, joder! con lo que eso duele, verdad? y aún así sólo deseó que volviera aquel ladrón de guantes blancos a robarle, insolentemente, el resto de los restos que en ella quedaba!
Mentira! los reproches tarde o temprano llegarán... siempre llegan... es un engaño creer que no vendrá el otoño a marchitar las flores cuando acabe el verano...
Lástima que no pueda detenerse el tiempo a la hora exacta cuando nada importa... ainsss
Autocompasión. Compadecerse de uno mismo hace que vomites. Si te abres con la daga de empuñadura de plata, te sacas el corazón y se lo das al ladrón; tienes hueco para comprarte un corazón nuevo.
- Lo siento, no la puedo dejar, no le puedo hacer una guarrada asi.
- Ya me he cansado de esperar.
- Te dije que no me esperaras.
- Pero tampoco me dejabas libre.
- ...
- Adios.
- Ya me he cansado de esperar.
- Te dije que no me esperaras.
- Pero tampoco me dejabas libre.
- ...
- Adios.
Actualiza, por dios
me asustarñe si dejas de escribir bien, al contrario que tu :P
echandote de menos... nunca de mas
me asustarñe si dejas de escribir bien, al contrario que tu :P
echandote de menos... nunca de mas
"Tenía nauseas. Algo dolía. Se tanteó los brazos y las piernas, todo estaba en orden, no habían golpes, fisuras o roturas. Mierda. Manos y pies, nada, todo bien. Dedos, todos en su sitio, eso tampoco era. Joder. Algo dolía, qué coño era?. Más nauseas. Ahí estaba. Le dolía dentro. Vomitó. El corazón."
BRUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL
(t'ho agafo xD)
muaaakk!!
Maria
BRUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL
(t'ho agafo xD)
muaaakk!!
Maria
Sí, era el corazón, ni vicio ni mente; el sentir tan sólo, la verdad de adentro.
También hamburguesas, pizzas, tortilla española tofú: puta mierda puta mentira.
La verdad que rasca, que quiere dejar herida.
Aceptar sin confusiones, sin cafetitos frente a amigos fantasmas; que lo que se harta se desemboca y cesa y acaba. A partir de ahí la rosca se deforma el polvo no es polvo sino arena, y me gusta se empapa bien pero deja una pringosidad deprimente, un ahogo existencial donde el musgo se adueña de creatividad y palabras.
Entonces claro, te queda esa ventana, esos ojitos cuando niña, esa expresión ingenua que prometiste no traicionar por nada... Que te pregunta, que llora indefinidamente y se aisla. Nada puedes empapar ahora más que el bilis, los complementos para saciarte del todo: la triste y enferma fosa de la rutina
También hamburguesas, pizzas, tortilla española tofú: puta mierda puta mentira.
La verdad que rasca, que quiere dejar herida.
Aceptar sin confusiones, sin cafetitos frente a amigos fantasmas; que lo que se harta se desemboca y cesa y acaba. A partir de ahí la rosca se deforma el polvo no es polvo sino arena, y me gusta se empapa bien pero deja una pringosidad deprimente, un ahogo existencial donde el musgo se adueña de creatividad y palabras.
Entonces claro, te queda esa ventana, esos ojitos cuando niña, esa expresión ingenua que prometiste no traicionar por nada... Que te pregunta, que llora indefinidamente y se aisla. Nada puedes empapar ahora más que el bilis, los complementos para saciarte del todo: la triste y enferma fosa de la rutina
Los, y las hay, que no saben tener el carón de mimbre...
La última vez que la ví estaba mejor, brindo por ella.
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La última vez que la ví estaba mejor, brindo por ella.