La Última Fila
FORO! Las notitas de clase
06 agosto 2006
Huidas.
Hule a sueños rotos. Todos sabemos que el sudor puede oler a muchas cosas, puede oler a sexo, puede oler a rabia, puede oler a miedo, a avaricia, a celos, a cansancio... puede oler, también, a risas, a mar, a viento, puede oler a fuego o a tierra. Aquel cuarto olía a salado. A congoja.
Giras en la cama y doblas las rodillas, con la falsa esperanza de poder plegarte tanto que desaparezcas. Te abrazas a la almohada, apretando con rabia y desesperación, como Ulises al mastil, huyes de las sirenas, de todas, de ninguna, de ella. Sueñas despierto, no puedes dormir, y las pesadillas, que sabes que tendrás, te mantienen los ojos abiertos. La noche se cierra, como el nudo que hay alrededor de tu garganta, te oprime, te asfixia.
Decides que ya basta. Esto no es lo que quieres. Giras, ahora estás boca arriba y con las manos entrelazadas detrás de la nuca. Las ideas se funden, como en los cuadros, generando pensamientos, modificando recuerdos, cambiando caras y oyendo palabras que no estás seguro de que hayan sido pronunciadas. Es la antesala de la vigilia, dentro de media hora estrás dormido y te despertarás unas horas más tarde. Lo evitas. Esto no es lo que quieres.
Un portazo. Has salido. Dejas el cuarto atrás y te ves en la calle. Lo olvidas todo, andas de forma mecánica por lugares que no conoces, giras las esquinas como quien besa, esperando que lo que va después te cambie la vida... y después... después no hay más que calle, como cuando besas. Los pensamientos se van aclarando.
Recuerdas a tu viejo, en unas vacaciones en el pueblo, hace más de diez veranos, recuerdas como vino a casa, serio, con la mirada ausente, subiendo las escaleras poco a poco, y tú, allí, en el rellano, sabiendo que algo pasa, pero sin tener ni puta idea de qué es... recuerdas la converasión como si acabara de ocurrir, le dices que has hecho un dibujo de Conan porque acabas de ver la película, se lo enseñas con una sonrisa, el lo coje, lo mira, y, alternativamente, te mira a tí, y suelta la frase... Bueno, Dios aprieta, pero no ahoga... Sonríe y se mete en la ducha, y tú ahí, con cara de poquer... Que Dios hace qué? Qué cojones le ocurre a mi padre?... Detrás viene tu madre, nerviosa, se calma y te dice que no podrás volver a ver a la abuela, está muerta, pulmonía.
Acabas de encender otro cigarro, sigues por una calle que no sabes dónde desemboca, no entiendes por qué has pensado en todo aquello ahora, estando sólo en una ciudad ajena, deambulando por la calle porque no podías estar en la cama, en su cama, en tu cama... en vuestra cama... No entiendes nada de nada. Se acaba el cigarro. Esto no es lo que quieres.
Vueves al cuatro, abres la puerta y miras la cama. Está despierta. Se ha movido. Te desnudas y te acuestas. Miras al techo, y lo ves, está ocurro, tan oscuro que parece que la luz no se atreva a entar en aquel santuario al caos... pero, pese a todo, lo ves. La realidad te pega en la cara. Ves las molduras, el marco del baño, un cuadro que una vez se cayó al suelo... Oyes el aire acondicionado, ese aire que te reseca los ojos y te hace llorar... Sientes las sábanas, que se pegan a tu cuerpo como la amnte que nunca tendrás... Por la ventana está Venus, radiante, como siempre, como desde el día que abrió los ojos por primera vez. En la negrura hay luz. No es la propia luz, es el hecho de haberla encontrado.
Estás curado, te has dado cuenta, vuelves a creer en tí, en tus manos, que son las únicas que valen. Sonries. Esto es lo que querías. Dios no aprieta, pellizca.
Comments:
Dios no existe. Son nuestras propias manos las que tapan nuestros ojos, oprimen nuestro pecho y aprientan nuestro cuello.
a veces me dejas pensando... y tanto... tienes una descripción al escribir que te invita a enredarte en cada renglón... la navaja acércatela a la yugular si lo deseas, pero aun así sé que la que saldrá herida será ella.
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