La Última Fila
FORO! Las notitas de clase
11 enero 2006
 
Paraguas.

De niña nunca creyó en los príncipes azules, por eso cuando le conoció se vio a si misma llamándose estúpida. Hasta tenía un caballo. Una primavera 75.

Era amigo de una amiga suya, tardó poco en averiguar todo sobre él. Exactamente dos días , los dos días más felices de su vida. Después de aquello vino lo otro, y lo otro consistió en nueve meses sintiéndose una mierda porque el príncipe azul y su flamante corcel ni siquiera le miraban a a cara. Pasados los nueve meses decidió hacerse republicana, que le dieran por el saco al príncipe de marras, corcel incluido.

Un día, mientras tomaba la penúltima en la discoteca punki-cool de turno, vio, detrás de una columna a un tipo, este no era un príncipe, simplemente era un tipo, tal y como lo lees, un tipo, tal como lo imaginas... un tipo.

Nunca supo si fueron los ojos o el culo, si fue lo que decía o lo que no decía, si se trataba de su modo de mirarla o de su modo de follarla... nunca supo si era el bien o el mal, lo blanco o lo negro, ni siquiera supo se le convenía saberlo. Sólo sabía que ocurrió. El tipo paso a ser su tipo.

Era la primera vez para muchas cosas y fue la última para muchas cosas más. Empezó a ver películas de Meg Ryan y se olvidó, en un cajón, la careta que había llevado durante meses. Yo, personalmente, la vi un par de veces y un par de veces hablé con ella y un par de veces pensé que ya iba siendo hora de que tuviese algo de suerte.

Se despertó. Era martes y llovía, tal vez fuera un augurio, prefirió no pensarlo. Pantalón, camiseta, parka y, tras buscarlo cosa de hora y media entre armarios olvidados, encontró el paraguas. Los Ramones le gritaban en las orejas y a ella le encantaba. Iba en autobús, mirando las gotas pegadas a la ventana, imaginando formas, sabiendo que en la parada le esperaría el causante de la sonrisa con la que se despertaba últimamente, sólo de pensarlo mojó las bragas.

Diez minutos después iban los dos, ella y su tipo, por medio de la calle, no les importaba nada y sentían que estaban solos en kilómetros a la redonda, parece mentira la intimidad que puede llegar a dar un paraguas.

Mientras el tipo le contaba un chiste, bastante malo, pro cierto, ella se quiso morir, a cuatro metros, y acercándose, estaba la razón por la que ahora celebraba el 14 de Abril. Mierda.

La conversación no llegó a durar más de tres minutos, él nunca había sido tan amable, tan sonriente, tan simpático, tan... tan... joder! él nunca había sido nada de eso! Le dieron ganas de usar su paraguas como espada y, ahí en medio, decapitarle. Sería azul su sangre?


Cuando volvieron a quedarse solos el tipo le preguntó si pasaba algo, estaba rara. Ella, con una sonrisa, esa que saben poner todas y que, por desgracia algunos ya conocemos, le dijo que no, que no pasaba nada, que era el día, no le gustaban los días así. El tipo no conocía esa sonrisa, y la creyó. Ella no había mentido. No le gustaban los días así. Los días en los que te has de enfrentar a tus fantasmas.

Pasearon, pasaron las horas. Se relajó. Se hizo de noche. Se fueron a sus casas. Se duchó con agua muy caliente, quedándose debajo del chorro, con la frente apoyada en los azulejos, jugando, consigo misma, a ver cuanto aguantaba sin respirar. Salió, y mientras se secaba todo el cuerpo de una forma más mecánica que consciente, mirándose en el espejo se dio cuenta. Era el príncipe. Desde que habían hablado no se lo podía quitar de la cabeza. Mierda, mierda, mierda y mil veces mierda. Sólo pudo hacer una cosa, volver a decir mierda.

Mientras, bajo otro techo, un sapo se quitaba su disfraz de príncipe. Pensaba. El tipo con quien la había visto era alguien vulgar, simplemente un tipo, uno del montón, tenía el camino hecho, mañana la llamaría, seguro que estaba receptiva. Estaba amortizando muy bien ese disfraz. Croac.

Comments:
croac
 
q sonrisa es esa? 1 besito pkeñajo! LAlalalalala!
 
La sonrisa es al dramatismo femenino lo que la aceituna al martini.
 
Me parece un pos tsencillamente espectacular, de verdad lo digo... a mi me da mucho miedo eso, pasarme la vida diciendo, no si... lo quiero... soy feliz... y por dentro pensar que quizas yo hubiera querido que fuera de otra manera, hubiera deseado que ... pero no, asi es tu principe...depués de todo, era bueno... quiente dice que si buscases mas alla te estarias equivocando?
 
Auri, no se quien eres, ni tengo por costumbre comentar los comentarios, pero tengo curiosidad por saber como has llegado hasta aquí. Me echas un cable?

al resto, y para que veais que no os dejo de querer:

kike, tu comentario ha hecho que me ria durante mas tiempo del necesario y que hayamos establecido una nueva palabra en nuestro diccionario. gracias zorraputa

Petite, tienes suerte de no conocer la sonrisa de marras. por qué será?

Nicte nuna entendí por que ostias lleva aceituna el martini, lo siento.

Troulo, si me retas en nombre de todos los sapos del mundo no sabria en que bando ponerme. Ya sabes, cosas del gen.
 
Niño, que sepas que casi me haces llorar con esto. admiro tu capacidad de escribir asi y poder influir de esa manera en los sentimientos de los dmas.
si xa algo me ha servido esto es xa darme cuenta de q soy gilipoyas x pensar ni siquiera un segundo en un puto sapo. me quedo con que es MI tipo, no cualquier tipo, y q gracias a el me despierto todos los dias con una sonrisa. nunk me habian hexo sentir asi y no pienso perderlo xq a un capullo le piquen los huevos.
ah, y un sms a t2 los sapos del mundo: dejaos el disfraz en casa, x favor, tarde o temprano, tendeis a croar...
 
Este relato no llevaba ningún tipo de magia, lo único que ocurre es que he sido sapo, tia y tipo.

Lo peor es que no se que prefiero ser, siendo tipo disfrutas pero te llueven ostias por todos lados, siento tía sólo logras volverte loco, tarde o temprano (me odiarás cuando me tengas que dar la razón), siendo sapo follas bastante pero te acabas cansando.

En fin, asín son las cosas y así las tecleo...
 
Un dia me cansé de encontrarme con que todos los principes croan, aunq sea en sueños y ni siquiera se den cuenta.
Ese dia en lugar de deprimirme decidí comer sapos, aunq mas que comermelos, suelo acabar jugando con ellos. El truco es que si sabes que llevan disfraz y juegas bien tus bazas, acaban desenmascarandose solo porque no soportan la presion de la perfección del traje que visten.
Pablo me conoció cuando algunos principes azules no desteñían, y me sigue demostrando que no es el disfraz, sino la armadura que lleva debajo lo que le hace especial.
 
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